domingo, 29 de junio de 2008

Cueva de El Toro (El Torcal) 1.972 y 1.977

Jose A. Berrocal bajando la sima. Foto: Loreto Wallace
Sala de entrada a la Cueva del Toro (Foto J.A. Berrocal)

En la primera foto, Jose A. Berrocal desciende la sima en 1.972.
La segunda foto, un momento de las catas realizadas en septiembre de 1.977


Durante el Campamento celebrado en el Torcal durante los dias 29, 30 de abril y 1 de Mayo de 1.972, aparte de las exploraciones y topografias de las Simas Azul y de la Mujer, se localizó la Cueva de el Toro con un importante yacimiento arqueológico. Los espeleólogos trajeron al campamento como muestra del hallazgo una punta de flecha tipo Palmella en bronce, recogida de superficie en la sala de entrada.
Debido al mal tiempo que tuvimos y al trabajo en otras cuevas, no volvimos a la Cueva del Toro. La exploración se había detenido en la misma sala, ya que la continuación era por un pozo que a primera vista no parecía muy profundo.
Una semana más tarde, un equipo compuesto por Antonio Bueno, Andres Hurtado, Pedro Gomez y Antonio Morales, se dirigieron a la cueva, llevando material para completar su exploración. Bajaron el pozo, de unos 17 metros de profundidad, y recogieron abundantes restos de cerámicas esparcidas a lo largo de la rampa y en dos pequeñas galerías del final, todos procedentes de la zona superior.

Plano realizado en 1.972
En Julio de este mismo año, junto con Andrés Hurtado y José A. Berrocal, fui yo a esta cueva por primera vez. Estábamos interesados en hacer el levantamiento topográfico de la cavidad (dio una profundidad total de –33 metros) y visitar su yacimiento arqueológico.
Jose A. Berrocal y Andres Hurtado, frente a la Cueva del Toro

Más adelante, puestos en contacto con la Universidad de la Laguna, se realizó una primera excavación en septiembre de 1.977 para comprobar la importancia del yacimiento. Durante 15 días vivimos en la sierra excavando, limpiando cerámica y clasificándola. Sólo bajábamos a Antequera para dormir en el hostal. Fue cansado pero estábamos emocionados ante la riqueza del material que iba saliendo.

Los profesores de la Universidad, Dimas Martin y su mujer, se marcharon muy contentos ya que el primero de ellos preparaba su doctorado y ésta cueva le interesaba mucho. Era una nueva estación a aportar en su trabajo. Quedaron en volver para proseguir las excavaciones.
Nuestra sorpresa fue que al verano siguiente dicha Universidad realizó una excavación en toda regla y subvencionada económicamente. A nosotros no se nos avisó, y sólo la casualidad hizo que nos enterásemos.
Supongo que como ya conocían la situación de la cueva, la Universidad no necesitaba la ayuda de los espeleólogos...


NOTA: Todas las fotos de mi archivo personal. Para utilizarlas, citar el blog de procedencia y la autoria.


jueves, 5 de junio de 2008

El Torcal de Antequera (7 al 10 abril 1.977)




Pues aquí está la foto de la BMW con sidecar de Pepe Luis. Durante el campamento la utilizamos con frecuencia, sobre todo recuerdo la bajada y el regreso que hicimos desde el Torcal al pueblo de Villanueva de la Concepción para comprar comida para el arroz del ultimo día. No tenía luz, así que en el regreso por la carretera, con niebla y de noche, tuvimos que ir con los frontales encendidos para poder seguir la carretera. Yo creo que por lo menos ibamos siete en la moto: en el sidecar, encima de la rueda, encima del conductor... en fin que si hubiese sido hoy hubieramos terminado todos en el cuartelillo.


Foto: realizada por Jose A. Berrocal.

miércoles, 4 de junio de 2008

Sima del Camino Alto ó Sima de Monda (19 nov.1.972)





Se había descubierto esta sima un poco antes, y el Ayuntamiento de Marbella, cuyo alcalde era Paco Cantos, estaba interesado en obtener un informe por parte de personas conocedoras del tema, como éramos los espeleólogos, para saber si esta cueva-sima se podría poner al turismo con vistas a la promoción desde otro punto de vista que no fuera el del famoseo, entonces en pleno auge con Gunilla von Bismarck y Holenhole entre otros.

Así que invitados por el Grupo Espeleológico Marbellí (GEM), y especialmente por Paco Cantos, hijo del alcalde, espeleólogo y amigo nuestro, fuimos a explorar esta sima. Estábamos citados en la plaza principal de Marbella a la 7 de la mañana. (¡menudos madrugones nos dábamos en esos años!). Allí nos encontramos con Javier Soto y Paco Cantos ( de dicho grupo), para acompañarnos hasta la boca de la cavidad. Desayunamos y partimos hacia la cueva. Esta se halla a unos dos kilómetros antes de llegar al pueblo de Monda. Se sube por el llamado Camino Alto, de donde toma su nombre.

Por parte del Ges de Málaga íbamos: Fedcerico Ramirez Trillo, Antonio Morales, Jose Antonio Berrocal, mi hermano Manolo Wallace y yo, Loreto Wallace. En la boca de la sima nos esperaban los restantes miembros del grupo GEM, que habían pasado la noche en una casita abandonada al lado de una cantera de mármol que allí se encuentra. Estos eran: Don Cesáreo y su hijo José Luis Tomasetti, Reinaldo, Catalina ( es el apellido de un chico), Correa y un hombre de Marbella, que ahora al cabo de tantos años no recuerdo porqué se encontraba allí, y que se llamaba Elio.

Llegamos a la boca de la sima y vimos que se había colocado una puerta con barrotes de hierro para impedir su paso. Claro que en esta ocasión se hallaba abierta.

Empezamos la bajada. En mis “Memorias” tengo escrito que al principio se trata de una rampa muy inclinada que termina en un pequeño descansillo y a continuación se abre un pozo de unos 27 metros. A esta cornisa se le llamaba “Apoyo Palo” porque existía uno en ese lugar. Fuimos bajando hasta llegar a una amplia sala donde la escala cae sobre un pequeño lago. Había que hacer pié en una piedra y luego saltar hasta la orilla.

En esta sala existen maravillosas formaciones. Las paredes, salpicadas por curiosos salpicones blancos de calcita. A un caos de bloques en su suelo, no le encontramos una explicación satisfactoria para su presencia. En un extremo de la sala, se abre otra de más pequeñas dimensiones pero con muchas formaciones ( o espeleotemas, como se dice ahora): grandes coladas, curiosos agujeros en el suelo formados por la caida de las gotas, y en vez de formarse una estalagmita, se ha producido una socavación en la tierra.

Sobre una colada se abría un tubo a presión inexplorado. Hacia él subimos Catalina, Berrocal, Morales y yo. Cada vez se iba estrechando más , así que al final sólo pude yo proseguir, por mi tamaño, hasta que se cegó por completo.

En la zona contraria al Lago, existe una salita de gran belleza : aragonitos, coladas, fistulosas. También vimos otra zona con excéntricas de gran belleza. De esta cavidad lo que siempre se me ha quedado en la memoria, es la excelente calidad de su arcilla para hacer piezas de cerámica. Es caolín puro lo que allí se encuentra.

En la Memoria que realizé de esta actividad, indico que Don Cesáreo y Federico Ramirez Trillo realizaron un reportaje fotográfico de la cavidad. Sin embargo yo nunca lo he visto, y sólo hace poco más de un año, José Luis Tomasetti me envió la foto en que yo estoy saliendo de la cueva, y es la que ilustra este comentario.

Sólo me queda reseñar que el regreso al exterior fue escaso en luz porque la mayoría teníamos los carbureros exhaustos.

Parece ser que en la década de los 80 el Ayuntamiento de Marbella volvió a insistir en el tema de poner al turismo esta cueva. Los informes en ambos casos han sido negativos: demasiada obra para tan poco resultado. La Sima de Monda habrá dado un suspiro de alivio. En este tiempo de “aventura controlada” es bueno saber que algunas simas escapan a ese corsé. La Aventura con todas las garantías, no es aventura. Es otra cosa. Es un buen modo de que personas que, de otro manera, no entrarían en una cavidad, lo hagan acompañadas de un guía y con todas las garántias. Yo misma lo he hecho. Sin ir más lejos, en las cuevas de yeso de Covadura y del Tesoro. Y me pareció muy bien. Pero no tiene nada que ver con la exploración de una cavidad y el riesgo de no saber qué hay más allá de la siguiente piedra. Eso es lo que hace que te sientas “vivo” y dueño de tus actos. La otra manera, hace que te sientas como un borrego, con el camino marcado y un sentimiento de riesgo totalmente ficticio. Lo siento, pero esa es mi manera de pensar. Tenemos dos piernas, tenemos brazos y una mente inquieta; ¿por qué tenemos que amansarnos hasta en nuestros momentos de ocio?

Notas. La fotografía es de: Jose Luis Rodríguez Tomasetti

. Quiero aprovechar esta etiqueta para enviar un saludo de todo corazón a mis amigos Paco Cantos, Javier Soto, Federico Ramirez Trillo y José Luis R. Tomassetti. Después de tantos años, sigo contando con su amistad y realizando actividades juntos. ¿Quién puede pedir más?